viernes, 4 de mayo de 2012

Le das la mano y te agarran el codo, le das el riñón y te despiden


Debbie Stevens, nunca se imagino loque le pasaría, luego de haber donado su riñón a su jefa la despiden del trabajo.

Debbie,
madredivorciada de 47 años y con 2 hijos, empezó a trabajar en el concesionario Atlántico Automotriz de Long Island en el 2009, allí conoció a su jefa,Jackie Brucia, de 61 años. Brucia entonces le contó que no encontraba donante para su operación. Debbie que porsuerte tenía 2 riñones sanitos y un corazón más grande, le ofreció uno.

Unos meses después de la operación, Debbie empezó a tener problemas de salud ymuchas molestias en las piernas originadas por la operación, aun así tuvo queregresar a trabajar, presionada por su jefa.

Tras una serie de discusiones fue situada en otro puesto,situado mas lejos de su hogar y en una zona donde ningún otro compañero queríair por tratarse de un área considerada peligrosa.

Física y mentalmente destrozada,consultó a su abogado, que remitieron una carta a su compañía, después de lacual fue despedida.

Su abogado,Lenard Leeds, planea poner en marcha una denuncia de la que afirma que sepodría obtener millones como compensación.

Bien se dicepor allí, nadie sabe para quien trabaja.

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